A la hora de empezar a trabajar con un ordenador de sobremesa, al encenderlo lo primero que nos encontramos es el sistema operativo. Por regla general en la mayoría de los equipos encontramos Windows de Microsoft, pero no es la única propuesta de la que podemos echar mano. Decimos esto porque igualmente podemos encontrar una buena cantidad de distribuciones de Linux que nos serán de enorme utilidad.
Aunque de manera minoritaria, lo cierto es que hay muchos s que prefieren usar una distro de código abierto al sistema de los de Redmond. A pesar ambas plataformas tienen muchas cosas en común, igualmente difieren en multitud de apartados, tanto internos como externos. De todos modos los diferentes desarrolladores de estas distros poco a poco han querido ir facilitando la interfaz de de Linux para llegar a un mayor número de personas.
Os contamos todo esto porque en los tiempos que corren no es necesario que seamos expertos en el sistema, como sucedía antaño, para poder manejarnos en Linux. Aquí una de las distribuciones más usadas y populares del sector es Ubuntu, pero hay muchas más de diferentes tipos. Encontramos
No todos los programas de Windows tienen versión Linux
Muchos de vosotros ya sabréis de primera mano que pertenecientes a todo tipo de sectores del software, encontramos multitud de programas de todo tipo. Los hay gratuitos y de pago, y más o menos complejos, además de algunos más populares y usados. Y ahí radica precisamente el problema al que nos queremos referir en este caso. Lo que queremos decir con esto es que no todos los programas, e incluso grandes aplicaciones muy conocidas, están disponibles en Linux.
Sirva como claro ejemplo de todo ello el popular editor fotográfico Adobe Photoshop, una solución software ampliamente extendidas en todo el mundo pero que no tienen una versión para Linux juntos.