Seguro en multitud de ocasiones a lo largo de los últimos años nos hemos encontrado con ficheros en formato PDF de la más diversa índole. En ocasiones muchos de estos los usamos sencillamente para leer su contenido. Pero otras muchas veces vamos a necesitar alterar el mismo con diversos tipos de edición.
Todo es cuestión de privacidad. Y es que cuando trabajamos con un archivo PDF en una aplicación web, todo el tratamiento se lleva online. Esto se traduce en que subimos estos archivos a servidores remotos para realizar las tareas pertinentes. Sin embargo, en ocasiones no sabemos lo que esas empresas responsables del programa van a hacer con esos ficheros. Partiendo de la base de que a veces estos contienen información delicada o sensible, estamos proporcionando todo ello a una empresa de terceros.
Hay casos en los que la propia aplicación nos informa, antes de nada, de que una vez hayamos finalizado el proceso de edición, el PDF se destruye. Igualmente, en otras muchas soluciones no se especifica nada en este sentido. Además, debemos tener en consideración que muchos de estos trabajos requieren el al contenido de forma remota. Esto se traduce en que, si queremos cuidar al máximo, por la razón que sea, los elementos internos que forman parte de este PDF que vamos a tratar, posiblemente sea preferible utilizar un programa local.