Además de todo el trabajo que podemos llevar a cabo con datos numéricos, una de las grandes ventajas que nos proponen programas como Excel son sus fórmulas. Estas nos ayudan a llevar a cabo todo tipo de cálculos, algunos muy complejos, de manera automática una vez las hayamos creado.
De hecho, al margen de los datos propios que introducimos en estos programas centrados en hojas de cálculo, las fórmulas se consideran como elementos clave. Así utilizamos ambos en conjunto para realizar todo tipo de cálculos de manera automática, algo que nos llevaría mucho más tiempo sobre el papel. Todo esto nos permite beneficiarnos de las funciones que nos proponen programas como Excel para trabajar en proyectos centrados en el cálculo, de gran tamaño.
Sin embargo, debemos tener en consideración que, a pesar de su popularidad, esta
En ese instante nos encontraremos con algunas de las principales categorías de estos elementos que nos propone Excel. Por tanto, ahora ya no tenemos más que localizar la fórmula en concreto que nos interesa definir y de la que no conocemos la estructura. Una vez la encontremos de entre la enorme cantidad de estos elementos disponibles, sin pinchar con el ratón, dejamos el puntero sobre la misma.
Pasados unos segundos veremos cómo en pantalla aparece el formato o estructura válida para esta fórmula en concreto. Esto nos será de enorme ayuda a la hora de definir la misma con nuestros datos y celdas y poder usarla sin cometer errores.