Cuando compramos un ordenador nuevo, o instalamos Windows de cero, el ordenador funciona a la perfección, sin errores y muy rápido. Sin embargo, con el paso del tiempo se va perdiendo esa fluidez, y empiezan a aparecer los errores. Cuando esto ocurre, generalmente la única salida suele ser formatear. Sin embargo, realizando un mantenimiento adecuado nos ahorraremos todos estos problemas y conseguiremos que el PC funcione a la perfección, como el primer día.
Otras tareas de mantenimiento
Además de todo lo anterior, también podemos aprovechar que estamos realizando un mantenimiento al PC para realizar otras tareas. Por ejemplo, aunque normalmente no se recomienda, con el programa adecuado podemos limpiar y desfragmentar el registro de Windows. De esta manera, eliminaremos todas las entradas innecesarias y basura para que Windows no pierda el tiempo leyéndolas.
También podemos aprovechar para desfragmentar nuestros discos duros y optimizar los SSD. De esta manera, ganaremos algo de rendimiento y Windows funcionará más rápido.