Muchos de los jugadores habituales de PC lo saben de primera mano, y es que no hay nada más molesto que un bloqueo del equipo cuando estamos en plena partida. Y qué decir si el ordenador repentinamente se apaga por completo.
Estas dos acciones son bastante más habituales de lo que a muchos nos gustaría cuando estamos jugando con nuestro ordenador. Cierto es que son varias las razones derivadas de estos molestos bloqueos y apagados mientras estamos jugando, ya sea de manera local o a través de Internet. Sin embargo en estas mismas líneas os vamos a hablar de una de las más habituales que se suele dar en estos casos.
Lo primero que debemos tener en consideración es que buena parte de los juegos actuales exprimen al máximo la gráfica de nuestro equipo. Esto quiere decir que, si queremos sacar el máximo rendimiento tanto al componente hardware como el software, vamos a exprimir ambos elementos al máximo. Esto quiere decir que en muchas ocasiones este componente al que nos referimos va a llegar a unas temperaturas bastante elevadas. Por tanto, llegados a este punto podríamos decir que el calor suele ser una de las principales causas de estos bloqueos y apagados repentinos. Cabe mencionar que esto es algo que puede afectar tanto a la U o la GPU del PC se calienta demasiado, una de las soluciones es abrir la carcasa y eliminar todo el polvo posible. Esto mejorará el flujo del aire, aunque también podemos cambiar los ventiladores y disipadores para obtener una mejor refrigeración.