A Windows se le conoce por muchas cosas. Y una de ellas, por desgracia, son sus pantallazos azules. Cuando el sistema operativo detecta un error crítico, este se bloquea y reinicia a la fuerza para evitar que se produzcan daños en los discos duros o en los datos de los s. Mientras Windows recopila datos sobre el error y vuelca la memoria aparece una pantalla de color azul, con un texto blanco, donde se informa del error en cuestión. Y esto es lo que se conoce como el pantallazo azul de la muerte, o BSOD (Blue Screen of Death). Aunque puede que no lo veamos más.
El BSOD nos lleva acompañando desde las primeras versiones del sistema operativo. Eso sí, es cierto que cada vez aparecen menos en los sistemas operativos y ya no es tan común verlas como lo era, por ejemplo, en la era de Windows 95 o de Windows Me. Además, Microsoft cuenta con una variante del pantallazo azul de la muerte que, en lugar de color azul, es de color verde. Este es el que aparece en las versiones Insider de Windows 10 con el fin de diferenciar los errores críticos de estas versiones de prueba de las
Como vemos, el contenido del pantallazo es igual que siempre. Podemos ver un mensaje que nos indica que ha ocurrido un error crítico y que se está recogiendo información, quién ha causado el error y un QR que nos permite ir directamente a la ayuda de Microsoft para intentar solucionar el problema. Tampoco falta la típica carita triste en el pantallazo. La única diferente es el color del fondo.
Aún podría cambiar
Por el momento es imposible saber si el pantallazo azul cambiará para todos cuando Windows 11 vea la luz del día, o si solo se trata de un cambio temporal. Tendría sentido si tenemos en cuenta que los BSOD azules son para las versiones finales de Windows, y el GSOD (el verde) para las Insider de Windows 10. De esta manera, el pantallazo negro se diferenciaría de los demás al corresponder a una versión de Windows 11.
Sea del color que sea, lo mejor es encontrarse con el menor número posible de estos.