Hay funciones que desde hace años integra Windows, el sistema operativo de Microsoft, a las que no damos la importancia que tienen. Ya sea por su simplicidad, por ejemplo, la función de hacer una captura de pantalla no se suele tener muy en cuenta, a pesar de la importancia que tiene.
Sin embargo, basta con que por un momento nos paremos a pensar qué haríamos si esta funcionalidad a la que os hacemos referencia no existiese. Lo cierto es que sería un tanto molesto tener que echar mano, obligatoriamente, de aplicaciones de terceros. Pero afortunadamente eso no sucede, ya que, con solo pulsar un botón, ya podemos crear un archivo de imagen con el contenido de nuestra pantalla. Es muy posible que en un principio y debido a las avanzadas funciones actuales que nos presentan sistemas como Windows, esto es algo que puede parecer un tanto simple, pero no es así. De hecho, no echaremos de menos esta funcionalidad de captura de pantalla directa, hasta que, por la razón que sea, no podamos usarla. Será entonces cuando realmente nos daremos cuenta de su enorme valor y utilidad.
No cabe duda de que esta simple acción agiliza mucho nuestro trabajo diario con el equipo, todo ello dependiendo del tipo de tareas que solemos llevar a cabo con el mismo. Cierto es que, con el paso del tiempo y las actualizaciones de Windows, Microsoft ha ido ampliando las posibilidades en este sentido.
Sin embargo, si hay un elemento que representa desde hace años a esta función, ese es la tecla de ImpPnt, o conocida como «Imprimir Pantalla», una tecla que en los portátiles está relativamente escondida y al igual que en los teclados sin el apartado numérico de la derecha.
Captura de pantalla con tecla ImpPnt
Y es que esta es una tecla a la que no solemos dar la importancia que tiene, pero que nos ayuda mucho en el día a día con el PC. Seguro que tal y como la mayoría de vosotros ya sabréis, con esta funcionalidad integrada en Windows, para capturar toda la pantalla basta con que pulsemos la tecla ImpPnt, o PrtScn, del teclado.
Lo malo de esta tecla es que, de por sí, no nos guarda directamente la captura, sino que la copia al portapapeles de Windows. Por tanto, para poder hacer uso de esta, nos veremos en la obligación de una herramienta para la edición de imágenes cualquiera. De hecho, basta con que lo hagamos a través de una tan sencilla como es el propio Microsoft Paint que tiene Windows integrado. A continuación, en un documento en blanco, ya podremos pegar la captura de pantalla mediante la combinación de teclas “Ctrl + V”, por ejemplo.
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A favor y en contra
Si hay algo que caracteriza a esta solución de software alternativa al capturadora de pantalla de Windows, es que apenas consume recursos del sistema y funciona de forma fluida. Se trata de un programa muy ligero que cumple con las expectativas básicas de la mayoría de los s a la hora de capturar lo que aparece en pantalla y su interfaz de es bastante personalizable.
En estas líneas nos hemos encontrado con algunas otras aplicaciones similares a esta más completas y plagadas de funciones centradas en la captura de pantalla que aquí no vamos a encontrar. Aquellos que quieran tener un mayor control sobre este proceso tendrán que decantarse por otros programas de la competencia.