Si aún estamos utilizando un disco duro mecánico, de los antiguos, en nuestro ordenador, puede ser la razón por la que nuestro PC va lento. Estos discos duros tienen la mejor relación capacidad/precio, sin embargo, en cuanto a rendimiento dejan un poco que desear. Por ello, la mejor forma de actualizar nuestro PC por poco dinero es comprar un SSD, mejorando enormemente el funcionamiento general del equipo.
El principal problema de cambiar el disco duro de nuestro ordenador y sustituirlo por un SSD es Windows. Lo normal es que al cambiar de disco duro nos tocara instalar Windows 11 o Windows 10 desde cero, complicando el proceso, perdiendo tiempo y haciendo algo que, si nuestro Windows va bien, no sería necesario.
Si hace mucho que no formateamos el ordenador esta puede ser una buena oportunidad para hacerlo. Sin embargo, si no queremos perder el tiempo en formatear y reinstalar Windows, entonces podemos recurrir a otra técnica: migrar Windows del HDD viejo al nuevo SSD.
Os recomendamos leer hasta el final para no tener problemas, por ejemplo, con el arranque de Windows 10 o 11 desde el nuevo SSD. Muchos problemas pueden venir de que la BIOS no usa la nueva unidad como unidad de arranque.
Además, si algo caracteriza a esta herramienta en concreto es que apenas ocupa espacio en el disco duro y no consume recursos del sistema. De este modo tendremos la posibilidad de desfragmentar cualquier unidad con tan solo unos clics de ratón. Pero no solo eso, ya que además esta es una aplicación que nos ofrece otras funciones adicionales muy interesantes como organizar los datos del disco y comprobar que todo el proceso se lleva a cabo sin problemas. Además, tendremos la posibilidad de pausar el proceso siempre que lo necesitemos sin tener que volver a empezar desde el principio más adelante.
Otro de los puntos favorables que nos presenta este programa en concreto es que su uso es extremadamente sencillo incluso para aquellos s no demasiado acostumbrados a este tipo de trabajos.
¿Qué pasa con los sectores defectuosos?
Si el motivo que nos ha llevado a clonar el disco duro está relacionado con el número de sectores defectuosos que tiene la unidad principal, debemos leer las especificaciones de cada una de las aplicaciones para comprobar hasta qué punto permiten clonar discos duros dañados. Aunque la mayoría lo hacen sin problemas cuando el número es pequeño, si este es muy elevado, algunas aplicaciones pueden detener el proceso de clonación.
Nuestra recomendación es que, si tenemos un disco duro con muchos errores defectuosos, hagamos todo lo posible por hacer una copia de seguridad de los archivos importantes, y en vez de clonar el disco al SSD hagamos una instalación limpia de Windows. De esta forma nos aseguraremos de que todo funciona correctamente y no copiamos datos corruptos que, a la larga, pueden dar problemas en el PC.
Una vez tengamos Windows en el SSD, podemos intentar reparar el disco duro viejo haciendo un formateo a bajo nivel para ver si se reparan dichos sectores y poder usarlo, por ejemplo, de almacén. Aunque, personalmente, no recomendamos seguir usando esta unidad, ya que si ha fallado una vez volverá a fallar y nos podría hacer perder los datos.
Eliminar todo lo innecesario
Aunque este paso no es esencial, ya que estamos llevando a cabo un mantenimiento del sistema podemos aprovechar para limpiarlo. Debemos tener en cuenta que el proceso de clonado de un disco duro a un SSD copiará todos y cada uno de los archivos guardados en el ordenador. Por lo tanto, si tenemos archivos innecesarios, sobre todo muy grandes, guardados en el ordenador podemos aprovechar a eliminarlos. Cuanto menos espacio tengamos ocupado, más rápido será el proceso de clonado.
Y, muy importante, no debemos olvidarnos de vaciar la papelera de reciclaje antes de comenzar el proceso de clonado. De lo contrario, todo el proceso de la limpieza no habrá servido de nada, porque los archivos se seguirán copiando igual. Tampoco debemos olvidarnos de utilizar la aplicación Liberador de espacio en disco disponible en Windows, una aplicación que nos permitirá eliminar cualquier resto de datos innecesarios en el equipo como archivos de actualizaciones que ya no son necesarios, la caché de los navegadores entre otras cosas.
A no ser que tengamos una gran cantidad de información almacenada en el disco duro, se trate de aplicaciones instaladas que no podemos volver a descargar o que el proceso de instalación de estas es basante completo, siempre que vayamos a cambiar un disco duro por un SSD es recomendable realizar una instalación limpia, es decir, instalar Windows de cero en la nueva unidad y transferir todo el contenido desde el disco duro a este. De esta forma, evitaremos seguir arrastrando todos los problemas que pueda tener nuestro equipo en el registro de Windows y que pueden afectar al funcionamiento del equipo.
Conecta el nuevo SSD
Llegados a este punto, ya solo nos queda una cosa por hacer: conectar el nuevo SSD al ordenador. Esto podemos hacerlo de varias formas. Si tenemos hueco, podemos colocarlo directamente dentro del ordenador para que quede ya instalado. Pero si se trata de un portátil, lo más probable es que no haya sitio dentro, y, en ese caso, lo que debemos hacer es conectarlo por USB. Para ello, simplemente necesitamos comprar en alguna tienda, como Amazon, una carcasa externa. Montamos el SSD en ella, lo conectamos por USB al ordenador, y podremos realizar el clonado sin problemas.
Cambiar el disco duro por un SSD
Dependiendo del tipo de ordenador que queramos migrar, el proceso tendremos que hacerlo de una forma u otra. Por ejemplo, si se trata de un ordenador de sobremesa, donde podemos conectar varias unidades de almacenamiento sin problema, entonces lo mejor es dejarlas ya todas conectadas desde el primer momento para poder realizar el clonado de la unidad principal a la nueva. Cuando hayamos acabado, podemos desconectar el disco duro viejo, si no queremos usarlo, o formatearlo para usarlo como almacenamiento y arrancar Windows desde el nuevo SSD.
En caso de que se trate de un portátil, la cosa cambia un poco ya que solo podemos tener conectada una unidad a la vez. Entonces, lo que tendremos que hacer es conectar el SSD nuevo por USB al ordenador, clonarlo con los programas que vamos a ver más adelante, y, una vez clonado, cambiar el disco duro por el SSD para arrancar el ordenador con él. Para cambiar el disco de un ordenador portátil, el proceso suele ser sencillo. En la parte inferior podemos encontrar una tapa, con uno o dos tornillos, la cual podemos destapar para acceder al disco duro. Basta con desconectarlo y conectar el nuevo donde estaba el antiguo. Como ya lo hemos clonado, al encender el PC este arrancará desde la nueva unidad y no tendremos que hacer nada más.
Cómo pasar Windows de un HDD a un SSD
Hay varios programas diseñados para llevar a cabo esta tarea. Algunos de ellos funcionan en modo offline, es decir, fuera del sistema operativo (cargados en la RAM), y otros desde el propio Windows.
A continuación, vamos a ver distintas alternativas que tenemos para clonar nuestro disco duro a un nuevo SSD para mejorar el rendimiento del ordenador sin perder nuestros datos.
Programas gratis para clonar disco duro a SSD
Estos programas nos van a permitir pasar el sistema, y todos los datos, de un disco duro a un SSD de forma totalmente gratuita, sin tener que pagar ninguna licencia. Se trata de aplicaciones para s domésticos y no están enfocadas al uso en grandes empresas, donde tienen unas necesidades muy concretas y elevadas que no están disponibles en las aplicaciones gratuitas.
AOMEI Backupper
AOMEI Backupper es uno de los programas gratis para realizar copias de seguridad y proteger la información de nuestros discos duros más completos que podemos encontrar.
La edición Standard de este programa es la edición gratuita que podemos descargar y usar sin limitaciones para uso doméstico. Y esta edición cuenta con una función que nos permite clonar un disco duro de un HDD a un SSD, o entre dos unidades iguales.
La función de clonar un disco duro de este software funciona de forma similar al comando «dd» de Linux. Es decir, realiza una copia exacta del disco de origen en el disco de destino, incluidos los sectores en blanco. Para ello, instalaremos este software de copias de seguridad en nuestro ordenador, nos iremos al apartado de clonar, elegiremos los discos de origen y destino y listo.





Eso sí, antes de empezar con el clonado debemos tener en cuenta varias cosas.
- La versión gratis solo nos permite clonar discos de MBR a MBR. Si queremos trabajar con GPT tendremos que pagar.
- La opción «sector by sector clone» es interesante cuando el disco de destino es más grande que el de origen. Si es más pequeño no debemos marcar esta opción. Así el programa solo copiará los datos y no el espacio vacío y la demás estructura de datos.
- Si el disco de destino es un SSD, se recomienda marcar la casilla «SSD Alignment».
- Si el disco de origen es más pequeño que el de destino, con la opción «Edit Partitions» podemos ajustar las particiones para que no nos quede espacio sin usar.
Cuando finalice el proceso tendremos todos los datos del disco duro original copiados al segundo disco duro. Ahora solo nos quedará apagar el ordenador, desconectar el disco duro viejo y volver a encenderlo.
Podemos descargar este software de copias de seguridad desde el
Para usarlo para migrar de un HDD a un SSD debemos seguir los siguientes pasos:
- Descargar Clonezilla y crear un USB de arranque.
- Arrancar el ordenador con nuestro Clonezilla Live.
- Realizar la configuración inicial (idioma, distribución de teclado, etc).
- Elegir la opción «device-device work directly from a disk or partition to a disk or partition».
- Seleccionar «Beginner Beginner mode: Accept the default options».
- Elegir el modo «Disk_to_local_disk».
- Seleccionar el disco de origen y el de destino.
- Confirmamos el proceso (revisando que está correcto) y a esperar.
Cuando termine, Clonezilla habrá clonado nuestro disco duro principal al nuevo SSD. Como siempre, ya solo nos queda desconectar el disco duro principal y, cuando arranquemos, lo hará usando el SSD nuevo.
Por desgracia, Clonezilla tiene algunas limitaciones importantes. La primera es que es un software mucho más complicado de usar que las alternativas anteriores. Y la segunda es que solo puede trabajar con discos de igual o mayor capacidad. Nunca con más pequeños. Aunque haya espacio libre suficiente para llevar a cabo el proceso, si el disco de origen es de 1 TB (y solo tenemos 30 GB ocupados) y el de destino, vacío, es de 500 GB, no vamos a poder realizar el clonado.
Si aun así queremos usar este software de clonado, podemos descargarla
Si todo está listo, simplemente comenzamos el proceso y esperamos a que acabe. Este proceso puede tardar bastante tiempo, por lo que debemos esperar con paciencia. Y también es recomendable no usar el PC mientras se clona, para evitar dejar datos en el HDD viejo que no se clonen al nuevo.
Cuando acabe, solo nos quedará apagar el PC, cambiar el disco duro por el SSD nuevo y listo. Podemos descargar este programa desde su página web.
Acronis True Image
En lo que se refiere a copias de seguridad de datos, Acronis es una de las compañías más prestigiosas que podemos encontrar. Acronis True Image es uno de los programas más completos que podemos encontrar para hacer copias de seguridad de nuestros datos e imágenes de discos duros para recuperarlas o, como en este caso, clonarlas.
Las últimas versiones de este software cuentan con una función llamada «Active Cloning». Esta nueva característica nos permite clonar una unidad con sistema operativo (nuestro disco con Windows) a una nueva unidad directamente desde Windows, sin tener que reiniciar ni arrancar con otra unidad.
Active Cloning puede funcionar desde el propio Windows o, en caso de detectar algún problema de a los datos, se encargará automáticamente de reiniciar el ordenador, realizar el clonado y volver a arrancar. Todo ello sin que el tenga que hacer prácticamente nada.
El proceso es bastante sencillo. Basta con usar la función «Clone Disk», elegir el tipo de clonado (recomendado automático), la unidad de origen (nuestro disco duro viejo), la unidad de destino (el SSD nuevo) y esperar a que se complete el proceso. Cuando acabe, Acronis nos dirá que apaguemos el ordenador, desconectemos el disco duro viejo y volvamos a encenderlo. Automáticamente debería arrancar Windows desde el nuevo SSD. Y todo debería estar tal como estaba antes de empezar el proceso.





El único problema es que Acronis True Image es un software de pago. Pero si no nos importa pagar, es probablemente el mejor programa que podemos encontrar para clonar nuestro HDD a un SSD. Podemos comprar este programa desde el servidor principal del desarrollador.
EaseUS Todo Backup
Este es otro conocido programa gratuito para hacer copias de seguridad de datos, particiones y discos duros. Y como no podía ser menos, también cuenta con la posibilidad de clonar discos duros. Gracias a esta función vamos a poder pasar todos nuestros datos a un disco duro más grande, o lo que nos interesa a nosotros, pasar de un HDD a un nuevo SSD.
El proceso es muy similar al del programa anterior. Debemos instalar este software en nuestro PC, elegir la opción «clonar disco/partición», elegir el disco de origen y destino y listo. Ya solo nos quedará configurar las opciones avanzadas para el proceso de clonado:
- Optimizar para SSD: elegir si el disco de destino es un SSD.
- Clon de sector por sector: para copiar el disco duro tal cual, sector a sector.
- Crear una unidad USB de Windows portátil: para crear un USB portable de Windows.
La opción que nos interesa a nosotros es la primera. Y si queremos que la copia sea idéntica, la segunda. La tercera opción tiene otros usos y, en este caso, no nos interesa. Revisaremos que todo está en condiciones y comenzaremos el clonado.




Cuando finalice ya tendremos una copia exacta de nuestro HDD en el nuevo SSD. Ya solo nos quedará apagar el ordenador, desconectar el disco duro viejo y arrancar con el nuevo SSD.
Podemos descargar este software de copias de seguridad desde
¿Cuál es la mejor opción?
Si hablamos de aplicaciones gratuita, tanto Clonezilla como Rescuecilla son dos de las mejores opciones disponibles actualmente en el mercado para clonar discos. Incluyen un gran número de funciones y, a diferencia otras, son complemente gratuitas en todas sus funciones, por lo que no nos vamos a llegar ninguna sorpresa a la hora de clonar nuestro disco duro o realizar cualquier de funciones adicionales que también nos ofrecen. Si queremos que el proceso sea lo más sencillo posible y queremos realizarlo utilizando una interfaz más amigable, la mejor opción es Rescuecilla. Pero, si no nos importa utilizar una interfaz basada en MS-DOS, Clonezilla es la aplicación que buscamos, una aplicación que, además, incluye más funciones.
Si preferimos optar por una solución de pago, que no es sinónimo de una mayor calidad o velocidad de proceso a la hora de clonar un disco duro, podemos optar por las diferentes aplicaciones disponibles para esta funcionalidad, funcionalidad que no es exclusiva, ya que estas aplicaciones incluyen muchas más funciones adicionales con las que vamos a poder hacer cualquier operación de gestión de unidades de almacenamiento sin problemas y de una forma mucho más rápida y sencilla. Una de las aplicaciones más veteranas es Acronis True Image, una aplicación que diseñada para empresas que también pueden utilizar s domésticos, siempre y cuando sepan sacarle todo el partido que nos ofrece. Para poder utilizar Acronis, es necesario pagar una suscripción anual que tiene un precio de 79,99 euros y podemos instalar hasta en 3 ordenadores.
Comprobar que todo está en orden
Cuando terminemos el proceso, independientemente del programa que usemos, ya tendremos nuestro Windows y todos nuestros datos en el nuevo SSD. Ya solo quedaría desconectar el disco duro viejo para empezar a usar este nuevo SSD. En caso de que el ordenador no arranque, lo que pasa es que no tendrá el SSD configurado en la BIOS. Entraremos en este menú de configuración, elegiremos el nuevo SSD como unidad de arranque primaria y listo.
Cuando arranque el sistema operativo ya podemos comprobar que todo está en su sitio. Tendremos Windows tal cual lo dejamos antes de clonar el disco duro, todos nuestros programas, configuraciones, archivos personales, e incluso las particiones creadas. Y en caso de que falte algo, lo tendremos en el disco duro viejo, el cual aún está sin formatear y tiene todos nuestros datos.
Ahora que tenemos nuestro nuevo SSD, y que nuestro ordenador funciona mucho mejor, podemos aprovechar para actualizarlo y ponerlo al día. Si tenemos actualizaciones en Windows Update, o nuevas versiones, entonces podemos aprovechar para instalarlas y poder así sacarle todo el partido posible a nuestro nuevo SSD.
Es posible que, si el SSD nuevo es de mayor capacidad que el disco duro antiguo, tengamos parte de su espacio sin usar, ya que se han clonado las particiones tal como las teníamos en el disco original. En ese caso, lo que debemos hacer es ampliar la partición principal para que utilice el 100% del espacio disponible. Este proceso podemos hacerlo muy fácilmente con cualquier gestor de particiones, como Minitool Partition Wizard, y, por lo general, no supone ningún peligro para nuestros datos, siempre que lo hagamos en condiciones. En caso de que algo salga mal, como aún tenemos el disco duro viejo, tendríamos que volver a clonarlo y repetir el proceso.
Cuando estemos seguros de que todo está correcto en nuestro SSD nuevo, entonces ya viene el último paso: pensar qué hacemos con el disco duro viejo. Si aún funcionaba sin problemas aún podemos darle utilidad. Apagamos el ordenador, lo volvemos a conectar y podemos formatearlo para usarlo como disco duro secundario para guardar datos. E incluso para guardar en él copias de seguridad. Así, además de mejorar el rendimiento al pasar Windows 10 o Windows 11 a un SSD, también habremos ganado espacio de almacenamiento para usar para lo que queramos.
Una vez ha finalizado el proceso, debemos acceder a la BIOS/UEFI y cambiar la configuración de arranque para que el equipo se inicie utilizando la nueva unidad donde hemos copiado el sistema operativo y todos los archivos que se encuentran en su interior. Una vez hemos cambiado la unidad de arranque, y hemos comprobado que todo está en orden, podemos extraer la unidad del equipo o formatearla para utilizar como unidad de datos.
Ya está instalado el SSD y Windows funcionando. ¿Ahora qué?
Ya tenemos Windows funcionando con nuestro nuevo SSD. A priori y sin hacer nada, el rendimiento habrá mejorado con creces. Si vienes de un viejo disco duro mecánico verás como todo se abre más rápido y que el ruido que hacía tu disco duro ha desaparecido. Antes de seguir, conviene que hagas algunos ajustes clave para adaptar tu nuevo SSD al entorno de Windows, ya que todo en cuanto a ajustes estará como lo dejaste.
Desactiva la desfragmentación automática
Hemos visto más arriba, como la desfragmentación mejora el rendimiento de los viejos discos duros mecánicos. Pero esto ya no es necesario en las unidades de estado sólido (SSD), ya que este proceso puede ser perjudicial. Los SSD no necesitan la desgragmentación, y su uso puede llevar a un uso adicional de ciclos de escritura, acortando su vida útil. Para desactivarlo, dirígete al de Control, luego a Herramientas istrativas y abre el Desfragmentador de Discos. Aquí, selecciona tu SSD y desactiva la desfragmentación automática.
Activa TRIM
Como comparativa a la defragmentación pero salvando las distancias, los discos duros SSD mejoran su rendimiento activando TRIM. Esta función permite que el sistema operativo le indique al SSD qué bloques de datos ya no son necesarios y pueden ser borrados. Para saber si tienes TRIM activado abre una ventana de Símbolo del Sistema como y ejecuta el comando fsutil behavior query DisableDeleteNotify. Si el resultado es 0, TRIM está habilitado. En caso contrario, puedes habilitar TRIM con el comando fsutil behavior set DisableDeleteNotify 0.
Desactivar Superfetch y Prefetch
Estamos ante dos funciones que fueron pensadas para mejorar el rendimiento de los HHDs. Al venir de un sistema operativo clonado de ese sistema, es posible que lo tengas activado. En los discos SSD lleva a lecturas innecesarias con lo que podria reducir su vida util. Para desactivarlas, abre el Editor del Registro y navega a la ruta HKEY_LOCAL_MACHINESYSTEMCurrentControlSetControlSession ManagerMemory ManagementPrefetchParameters. Aquí, cambia los valores de EnableSuperfetch y EnablePrefetcher a 0 para desactivar estas funciones.
Dudas al clonar un HDD o SSD
Es posible que durante la preparación o el proceso te entren varias dudas sobre qué hacer o cómo hacerlo. Vamos a ver las más habituales y sus correspondientes respuestas.
Disco duro o SSD
No cabe duda de que uno de los principales objetivos que buscamos cuando compramos un nuevo ordenador, ya sea de sobremesa o portátil, es el rendimiento. Muchos pasamos una buena cantidad frente a este equipo, ya sea trabajando, jugando, reproduciendo contenidos multimedia; incluso todo a la vez. Para todo ello necesitamos un procesador de última generación, una buena cantidad de memoria RAM, además de unas unidades de disco de calidad.
Ahí es precisamente donde entran en juegos las unidades de las que estamos hablando en estas mismas líneas. Nos referimos a los SSD que con el paso del tiempo no han parado de crecer y extenderse en equipos de todo el mundo. Una de las principales razones de todo ello es bastante evidente, y es que ofrecen una velocidad de escritura y de lectura bastante superior a los convencionales HDD. Por tanto, ahora mismo lo habitual es encontrar ordenadores de gama media / alta basados en estas unidades más modernas o mezclando ambas.
De hecho, al disponer un disco duro de cada formato, lo habitual es instalar en el SSD el sistema operativo es programas que más usemos, y en el HDD, guardar fotos, películas, música, datos de programas, etc.
Otra cosa ya es el apartado relacionado con el precio de ambos componentes. Partamos de la base de que un disco SSD es más rápido y moderno que un disco duro convencional. Todo ello a pesar de que la capacidad media de los primeros suele ser inferior. Pero a pesar de todo ello la incorporación de un disco del segundo tipo encarece un poco el precio del ordenador como tal. Sin embargo, podemos afirmar que este es un coste bien invertido en la mayoría de las ocasiones ya que el rendimiento de estas unidades nos proporcionará una experiencia de uso del PC mucho mejor.
Pero al hablar de los mencionados SSD no pensemos que todo son ventajas y beneficios, ya que al mismo tiempo nos presentan algunos inconvenientes como veremos a continuación.
Ventajas e inconvenientes del SSD
La principal ventaja, y la que más interesa a los s, es la mejora de rendimiento. Un SSD es mucho más rápido que cualquier disco duro normal. Puede leer y escribir datos hasta 10 veces más rápido que los HDD normales. Y los tiempos de son mucho menores.
Sin embargo, estas unidades también tienen otras ventajas. Las unidades de almacenamiento sólido, al no tener platos ni mecanismos, son totalmente silenciosas. Y además consumen menos energía al no tener que mover todos estos mecanismos.
Por desgracia, también tienen algunos inconvenientes. Por ejemplo, algunas unidades (sobre todo las NVMe) se calientan demasiado e incluso algunos incorporan su propio sistema de ventilación incorporado para disipar el problema de calor, por lo que únicamente podemos conectarlos ordenadores de sobremesa y no en portátiles donde el espacio disponible es más reducido. Además, la relación GB/€ es más grande que la de los discos duros normales.
Además, la vida útil de estas unidades, aunque ahora es bastante superior a los 10 años, es más corta que la de un HDD. Es precisamente por esta razón por la que, si vamos a usar un PC con el objetivo de almacenar copias de seguridad por un largo período de tiempo, un SSD quizá no sea la mejor opción. Más si tenemos en cuenta que en estos ordenadores usaremos a modo de almacenamiento, el rendimiento no es lo más importante.
Esto quiere decir que como suele ser habitual en la mayoría de los componentes que forman parte de nuestro ordenador, aquí el modo de uso también tiene mucho que ver. Sin duda en un equipo habitual que usaremos a diario para ejecutar Windows y sus correspondientes aplicaciones, una unidad del formato más moderno será muy de agradecer.
¿Qué SSD debo elegir?
Lo primero que debemos tener en cuenta el formato de la unidad de almacenamiento SSD. Tenemos por un lado las unidades de tipo SATA y por otro lado las de tipo NVMe PCIe. Estas últimas ofrecen mayores velocidades de lectura y escritura, lo cual es muy interesante. Permite reducir los tiempos de instalación de programas, transferencias de archivos o cargas de los juegos.
El siguiente aspecto es la capacidad de almacenamiento de las unidades de almacenamiento. Se recomienda que el SSD al que vamos a clonar la información tenga igual o mayor capacidad que el HDD. ¿Podemos clonar hacía un SSD de menor capacidad que el HDD? Es posible, pero la condición es que la capacidad del SSD siempre sea mayor que el espacio ocupado en el HDD.
No podremos hacer el proceso si el tamaño del SSD es inferior a la cantidad de espacio ocupado en el HDD. Si seguimos adelante lo normal es que el proceso termine, pero luego no podamos usar la unidad. Se realizará una copia incompleta corrupta y habrá sido una verdadera perdida de tiempo.
SATA o NVMe
Pese a lo que muchos piensan, Windows 11 es más que un simple lavado de cara del sistema operativo de Microsoft. Implementa diferentes mejoras y optimizaciones que ayudan a sacar el máximo rendimiento del sistema. Esta especialmente diseñado para sacar el máximo partido de los SSD NVMe o los nuevos procesadores heterogeneos de Intel.
Microsoft ciertamente no habla de la tecnología de la unidad de almacenamiento en los requisitos. Simplemente indica que debe ser una unidad con una capacidad de 64 GB o más. Pero para sacar el máximo rendimiento vamos a requerir de un SSD.
La necesidad de instalar una unidad del tipo NVMe reside directamente en la tecnología DirectStorage. Esta tecnología diseñada para la Xbox que también esta disponible en Windows 11 es realmente interesante. Permite a la GPU cargar datos de los juegos desde el SSD a la memoria VRAM de la atarjeta gráfica. Se eliminan pasos intermedios y, gracias a ello, se mejoran los tiempos de carga notablemente.
Utilizar este tipo de unidades, mucho más rapidos que los de intefaz SATA tiene multiples ventajas. La transferencia y lectura de archivos es más rápida, permite cargar el sistema operativo de manera más rápida, el tiempo de instalación se reduce notablemente y se mejoran los tiempos de carga de los juegos. También afecta directamente a la reproducción de vídeo en resolución 4K, por ejemplo.
Clonar o hacer una imagen del disco duro
Llegamos a este punto, es probable que nos encontremos con una duda. ¿Por qué clonar el disco duro en lugar de hacer una imagen y restaurarla? Tanto el proceso de clonar un disco duro como el de crear una imagen son diferentes y se aplican en diferentes situaciones. Crear una imagen de disco implica comprimir en un archivo todos los datos sin incluir el registro de arranque mientras que, si clonamos el disco duro, estamos creando una copia exacta de los archivos y registros de arranque y demás sin necesidad de comprimirlos, por lo que el disco donde hagamos el clonado, podrá iniciar sin problemas sin necesidad de crear de nuevo el arranque.
Ambos métodos son ideales para hacer copias de seguridad de archivos, por ejemplo, sin embargo, clonar un disco duro es la mejor opción para cuando vamos a reemplazar una unidad por otra mientras que las imágenes de las unidades se utilizan para crear copias de seguridad íntegras, sin incluir todo lo relacionado con el arranque, únicamente archivos.
Sin embargo, aunque ambas opciones tienen una finalidad específica, si no queremos arrastrar problemas de funcionamiento que ya tuviera nuestro PC, lo mejor que podemos hacer es instalar Windows 10 o Windows 11 de cero y restaurar una copia de seguridad de todos los archivos, ya que, de esta forma el equipo eliminará todos los restos que pudieran estar afectando al rendimiento del equipo y se notará muchísimo el cambio de un HDD o un SSD, cambio que ya se notará si clonamos el disco, pero al formatearlo, ganaremos mucha velocidad adicional.
Clonar el disco duro o hacer una instalación de cero
Con cada nueva versión de Windows, es recomendable aprovechar el lanzamiento para hacer borrón y cuenta nueva, empezando de cero. De esta forma eliminamos el rastro de todas las aplicaciones que hayamos instalado durante la vida útil del sistema operativo para evitar arrastrar problemas de funcionamiento y rendimiento, especialmente en el registro, una de las partes más importantes de Windows y que todas las aplicaciones que instalamos en un equipo modifican para funcionar correctamente.
Al realizar una instalación de cero, si no queremos perder los datos, debemos hacer una copia de seguridad de todos los archivos en una unidad de almacenamiento externa o utilizando una plataforma de almacenamiento en la nube y restaurarlos posteriormente cuando ha finalizado la instalación de Windows. Además, también nos veremos obligados a instalar todas y cada una de las aplicaciones que utilizamos habitualmente en equipo, un proceso que, dependiendo del número de aplicaciones y de nuestra conexión a internet para volver a descargas puede llevarnos más tiempo de lo normal dejando nuestro equipo inutilizado durante un largo período de tiempo en el que no podemos utilizarlo.
Al final, somos nosotros quienes debemos valorar si queremos priorizar el rendimiento de nuestro dispositivo realizando una instalación limpia, restaurando los datos y volviendo a instalar las aplicaciones o si queremos que el tiempo entre que cambiamos de un disco duro a un SSD sea el menor posible para poder continuar haciendo uso de nuestro equipo lo antes posibles. Otra opción pasa por contemplas las dos opciones. Si tenemos prisa y no queremos perder el tiempo, podemos clonar el viejo disco duro a uno nuevo y, cuando tengamos un día libre o cuando sepamos que no vamos a utilizar el ordenador, es recomendable formetear y volver instalar Windows de cero.